EL COGOTE DE RAJOY

Lo único que le falta al circo de Rajoy es que el payaso listo se le vuelva tonto. Porque lleva una racha en la que lo de que le crezcan los enanos es lo de menos. Es que a su gobierno y a su partido le han crecido los enanos, han perdido sus dentaduras los leones y a las trapecistas más macizorras les ha salido bigote y unas lorzas descomunales. Y hombre, parte de culpa la tienen la herencia recibida, los ataques de los especuladores, la crisis internacional y la mala alineación de los astros, pero creo que, después de un año y pico al frente del gobierno, igual algo de culpa van teniendo ustedes.
Sobre todo porque uno mira para Génova y a poco que no esté con un constipado de salir en los anuncios con una pinza en la nariz, huele a mierda. Perdón por ponerme grosero; podía haber dicho otra cosa más fina, pero es que las informaciones que están saliendo en estos días no hacen más que confirmarnos que todos nuestros partidos tienen unas cloacas más espaciosas que los Campos Elíseos.
Pero ahí está él, con su aroma de Patrics, inmutable. Sin decir nada. Con dos testículos. Esperando a aparecer mañana ante los periodistas no sé si, como acostumbra, sin permitir preguntas, especialmente si quien las va a hacer es del periódico que ha publicado todo. Es que sale en portada de El País que Mariano Rajoy ha recibido dinero negro del tal Bárcenas y nuestro presidente del gobierno no se inmuta. Vale que el prestigio y la fiabilidad de El País no pasan por su mejor momento, pero córcholis, señor primer ministro, que le está acusando un periódico de tirada nacional e internacional de habérselo llevado crudito, negro y sin declarar. Vamos, a cualquiera de nosotros nos pasa esto y, una de dos, o te vas a darle de leches al redactor que firma la noticia, o acudes directo a un juzgado a ponerles una demanda para crujirles. Vaya, eso en el caso de que lo que cuenta El País no sea verdad. Porque claro, si lo que dice el periódico es cierto, entonces, don Mariano, no sé qué hace usted que no ha aparecido ya para decirnos adiós con la manita.
Pero es que así son estos políticos que nos ha tocado padecer. Implacables hasta la sangre con el adversario si se le pilla en un renuncio, por pequeño que sea. Ahora, si las heces las tienen bajo la silla, ni las notan. Dice un refrán muy andaluz que “a nadie le huelen sus peos, ni sus niños le parecen feos”. Y en la política es una gran verdad. Porque todo depende.
¿Que pillan al de enfrente haciendo ERES irregulares y llevándose la pasta como quien lava? El PP exige dimisiones e investigaciones inmediatas. El PSOE, por su parte, hace el don Tancredo esperando que pase la tormenta y, si no escampa, pues pone a disposición de jueces y adversarios el cogote del director general de empleo para que se coma el marrón.
Y ahora está pasando lo mismo. ¿Qué pillan al de enfrente con un escandalazo de supuestos pagos en B a casi toda la cúpula del partido? El PSOE exige dimisiones, elecciones anticipadas y se golpea el pecho reclamando limpieza en la vida pública. Mientras, en el PP, visto que esto no tiene pinta de escampar, están mirando a quién adjudicarle este marrón de proporciones estratosféricas. Como locos andan buscando un chivo expiatorio al que poner a los pies de los caballos. Un cogote reluciente para la guillotina que están construyendo en la puerta de la sede del PP. Claro que don Mariano and company lo van a tener difícil porque creo que, en estos días por Génova, va la gente mostrando menos cuello que el muñeco de Michelín.