LOS QUE NOS TOCAN AHÍ MISMO

Oigan, que a mí el Pablo Iglesias este me da igual. O sea, que ni soy de los que le defienden como si fuera el nuevo Mesías Zurdo de la Justicia Universal, ni tampoco me parece el Coco que nos están haciendo ver algunos analistas, articulistas, políticos y ciudadanos varios. Es, sencillamente, el que les ha tocado la bolsa escrotal a muchos que pensaban que en las elecciones europeas ese tío con coleta que salía por la tele y había montado su partidillo Podemos, se iba a dar una galleta María desafinada. Y resulta que no. Resulta que Pablo Iglesias ha pegado un sonoro manotazo encima de la mesa y le ha dado un susto gordo a más de uno y a más de dos. Es que al tío le han salido enemigos hasta de debajo de las piedras.
En el PP y en el PSOE y en sus medios afines se encargan de recordar que es malo muy malo, un antisistema que puede resultar muy dañino, cuando, realmente, es peligroso para ellos; se les han puesto de corbata al ver que lo del bipartidismo puede irse al garete como sigan por ese camino. Incluso los votantes muy del PP o muy del PSOE están como los hijos de un matrimonio con problemas que odian a la amante de papá o al amante de Mamá, porque pone en peligro el nido familiar. En IU están mirando a ver cómo afrontan esto porque Podemos les está comiendo terreno, por mucho que los de Cayo Lara hayan crecido en las Europeas. Y los de UPyD, que están, por un lado dando palmas con las orejas por su crecimiento y, por otro, preguntándose cómo puede ser que este advenizo del Iglesias les haya pasado por la izquierda y tenga un escaño más que ellos.
Y ¿Cuál es la consecuencia de tanto miedo junto? Pues que al líder de Podemos, le están dando hasta en el carné. La verdad es que el tío tiene un tufillo leninista-bolchevique que echa para atrás. A mí estos especímenes ya me daban pereza cuando yo tenía 20 años, era socialista e iba a las asambleas de mi Facultad, o sea que no les quiero contar la desgana y el canguelillo que me provocan, a mis casi 50 años, cuando los veo hoy a punto de tocar pelo. Por si alguien se escandaliza, no quiero con esta taurina frase hacer referencia alguna a tocamientos escandalosos contrarios a la virtud; tocar pelo en los toros es triunfar. Pero es que se le están revolviendo hasta algunos de los suyos; esos típicos personajes que yo tengo muy calados. Los que jamás ponían un problema y miraban con embeleso al líder y decían que sí a todo, de repente no están tan contentos. Uno que arrimó el hombro sin esperar nada a cambio, cuando inesperadamente ve que los billetes circulan empieza a decir, “Oye tronco, ¿Qué hay de lo mío?” Y ese ambiente de salvemos a las ballenas, de asamblea de la “facul” por la paz y de vamos a compartir unos porrillos, se convierte en un festival de lanzamiento de puñales en el que, si no andas listo, terminas con un huevo enhebrado en una daga vizcaína de esas que tanto le gustaban al Capitán Alatriste. O sea, que a Pablo Iglesias se le viene una buena encima.
Los hay que dicen que es un poco inconsecuente. Coño. Y ¿quién no lo es? Porque yo, salvo dos o tres religiosos ejemplares, mis padres (por supuesto) y un par de amigos a los que elevaría a los altares, no conozco a nadie consecuente hasta resistir el pedazo de examen que le están haciendo a Iglesias. Llaman a su partido Pablemos, dando ya una idea de que se da por cierto el tufillo de líder totalitario que desprende. Le están mirando todas sus alocuciones anteriores ante la prensa o en conferencias, para ver si le pillan en un error o en una contradicción. Hasta se le ha criticado por aceptar una beca de Cajamadrid en la época en la que el diablillo Blesa era su presidente. Y ¿qué quieren que haga? ¿Que renuncie? Sé que este Pablo Iglesias va por ahí dando lecciones a todos sus ahora compañeros en la política y que él piensa que, de verdad, las cosas se solucionan con un programa tan de “Bolchedisney” o “Disney Bolch” como el suyo, pero creo que no es el único que lo hace. Me da risa escuchar a articulistas conservadores poniendo a parir a Iglesias argumentando que jamás podría cumplir su programa electoral. ¿También es el único que incumpliría su programa electoral? Porque me gustaría ver a esos articulistas siendo tan valientes denunciando los incumplimientos de programa de Rajoy and friends. ¿Qué la situación era muy jodida? Sí. ¿Qué lo están haciendo mucho mejor que ZP? También; aunque es cierto que no lo tenían difícil. Pero igual de cierto es que se han pasado por el forro muchas de sus promesas a ciudadanos y empresarios y aquí no pasa nada. Y que están haciendo recortes salvajes a la gente más necesitada, que quizás podrían quitar de otro sitio. Pero esa será otra Cabra.
A lo que iba es a que ¿De verdad creemos que soportaríamos cualquiera de nosotros semejante escrutinio si se pusieran a investigarnos, a recordarnos cada frase que dijimos hace años sacada de su contexto? Probablemente no.
Pero si yo fuera Iglesias, más que de los de fuera, me inquietaría por los míos. Están los de Podemos a punto de pillar cacho, de estar pronto en disposición de gobernar en algún sitio y, antes de sentarse en el sillón, ya hay tres o cuatro pegando empujones de esos de “quítate tú pa ponerme yo”. O sea que espero por su bien que esté preparado porque, cuando te dan hasta los tuyos, es que estás tocando donde no se suele tocar. Esa unanimidad a la contra sólo la consiguen aquellos que son una mezcla de loco y valiente, que nos gustan mucho mientras le introduzcan el dedo en la llaga al vecino y no a nosotros. Y el tío será demagogo y facilón en algunas críticas, pero habla bien y dice algunas verdades como puños (que es lo suyo) y eso en el país de la envidia, y del mirar en la política para otro lado como si nada tirorirotiroriro, pues gusta tirando a poco.