LO DE CLARA Y LO DE BERTÍN

Pues yo lo entiendo. Sé que no quedo muy bien diciendo esto porque a la pobre la han puesto a parir desde muchos frentes. Hablo de la actriz Clara Lago a la que se le ocurrió decir en una entrevista en “El Hormiguero” que le parecía un coñazo la moda esa de que los fans pidan que el famoso se haga un selfie con ellos. Por si alguno no la conoce, Clara es una actriz que saltó a la fama tremenda tras el exitazo de “8 Apellidos Vascos” y remató su paso al estrellato comenzando una relación con el protagonista masculino de la cinta, mi paisano Dani Rovira. Ambos se convirtieron, sin quererlo, en objetivo de la prensa del corazón y su celebridad aumentó de manera abrumadora.
Debo decir que ni soy amigo de Dani, ni de la moza. Es cierto que ambos me caen muy bien. Igual son tontos del culo, pero me dan la sensación de ser gente maja y encima ella me parece un bombonazo de esos de clavar rodilla y besarle la mano como los caballeros antiguos. Y al bombonazo se le ocurrió provocar una de esas riadas de “Anatemaaaa” que hacen que se te echen encima los santones de la política corrección. Que si “vaya princesita”. Que si “Cómo puede decir eso con el pastón que gana”. Que si “Es una imbécil engreída que no sería nada sin sus fans”. Que si “Al admirador hay que responderle siempre con una sonrisa”. Pues depende, coño.
Yo, que ya soy un famoso de serie B, una celebrity vintage, puedo decir estas cosas sin miedo. Entre eso y que he pasado ya de los 50, empieza a importarme muy poco lo que digan de mí. Pero qué razón tiene Clara Lago cuando afirma que hay ocasiones en las que es un coñazo. Y que, aunque salgas por la tele, no tienes por qué aguantar impertinencias, ni malas educaciones, ni a personas que creen que, porque eres famoso, te pueden tratar como si fueras su colega de toda la vida. Yo he vivido situaciones acojonantes. Y jamás he dicho nada, salvo una vez que mandé a la mierda a un borracho que se tiró 20 minutos dándome la brasa en una discoteca de Valencia. O aquel otro señor, también mamado, que me dijo un día que era un alemán pervertido y que lo hacía fatal y, el remate del tomate, un muchacho que, en 1997, me pidió un autógrafo cuando yo estaba rezando, a dos metros del féretro, en la capilla ardiente de Narciso Yepes en Murcia.
Yo creo que todas las personas que hemos sido famosas nos regocijamos un poco cuando Fernando Fernán Gómez mando a la mierdaaaa a aquel pobre señor que se debió poner pesado y le pilló en un mal momento. Yo nunca he negado a nadie una foto o un autógrafo o un saludo, pero verdaderamente me han dado ganas varias veces. Y creo que lo único que le sobró el otro día a la Lago fue la franqueza, que es una virtud que, en España, sólo se permite si tienes menos de 10 años, más de 80, o si estás en los últimos días de una enfermedad terminal. En España la franqueza solo se valoró durante la dictadura. Ah no, ni siquiera; que aquello era Franquismo. Que está muy de moda últimamente, por cierto, con eso de que se han cumplido 40 años de la muerte del que dirigía nuestros destinos por la Gracia de Dios. Que es una pesadez. Hace 40 años que murió el Dictador y casi 80 desde el comienzo de la Guerra Civil y todavía hoy sigue habiendo gente que pretende dividir la sociedad española entre franquistas y no franquistas. Me resulta increíble lo presente que tienen al Caudillo, no los que le añoran (que deben caber en un autobús de línea), sino los que parece que estuvieron en la clandestinidad, aunque la muerte de Franco les pillara a los siete años o en formato espermatozoide.
Hoy estoy en plan defensor de causas pobres, pero es que me ha indignado la manera en que dos periodistas, Jon Sistiaga y Mariola Cubells, han puesto a parir a Bertín Osborne por hacer un programa de éxito en TVE1. Bertín, que parecía que estaba muerto para la tele, ha resucitado en un género en el que ni yo, que le tengo un gran aprecio, pensaba que iba a funcionar; el de la entrevista larga. Y la verdad es que el tío las hace muy bien. He visto alguna en la que había demasiado cachondeíto entre personaje y entrevistador, pero, en general, me han parecido todas entrevistas interesantes, mostrando un lado diferente de personajes y sacándoles, a casi todos, historias y momentos desconocidos. Pero, oiga, que a Bertín se le ocurrió entrevistar a Carmen Martínez Bordíu, cuyo delito es ser nieta de ese Dictador que murió hace 40 años, y, a estos periodistas puros, les parece que un tipo como Bertín JAMÁS debería haber hecho un programa de entrevistas en una tele pública. Sistiaga y Cubells, en “La Ventana” de la SER, hablaron de Bertín y del público que le sigue en la 1 con el desprecio típico de las élites a los que no son como ellos. Vaya, lo que han hecho los fachas de toda la vida aunque a Sistiaga y Cubells, tan progres, tan listos y tan amantes de la libertad les parezca que su altura intelectual y personal es otra.
Podían aprender todos estos de un cura al que he conocido hace poco tiempo y que celebra la misa de 8 todos los domingos en nuestra parroquia de San Víctor, en Madrid. Es el Padre Eduardo. Es para mí un ejemplo de tolerancia, de pensar en el de enfrente, de ponerte en el lugar del otro y siempre dice alguna cosa que te deja reflexionando. El otro día el Evangelio hablaba de aquella conversación entre Pilatos y Jesús en la que Pilatos le pregunta si Él era el Rey de los Judíos. Y el cura nos preguntó quién era hoy nuestro Rey, a quién seguíamos hoy; quiénes eran nuestros ídolos. Y terminó la misa diciendo que iba a hacer circular un billete de 5 euros con el siguiente mensaje: “Yo no soy Dios. Busca la Verdad”. Y en eso ando. Yo, hoy, voy a poner a circular el mío.

BILLETE 5 EUROS

24 comentarios en “LO DE CLARA Y LO DE BERTÍN

    • Gracias, Cecilia. La mayor parte de la gente es encantadora, pero hasta la gente encantadora cuando llega en manada abruma. Lo de estos muchachos debe ser complicado. No sé cómo deben hacer para ir al cine o tomarse una caña por ahí. Besos

  1. Como siempre, dando en el clavo!
    (aunque la Lago, algo sobradita sí que estuvo).
    Y Bertín, genial!. Una pena que haya iniciado entrevistas a políticos. Es la primera vez que no le he visto cuando me enteré que era pedro Sa´nchez. Perezón total.
    Porque es que ahora, siguen los otros!!!!
    Yo también voy a poner en circulación el billete con la misma frase.

    • Gracias, Sara. Si yo no niego que pudiera estar algo sobrada y que, incluso haya tenido que pedir disculpas (asesorada seguro por alguien). Es sencillamente que la gente no es consciente de lo que es eso. Yo estuve el otro día en un evento y me pidieron 10 selfies/fotos/autógrafos. Y los hice encantado. Si Clara Lago hubiera estado en ese evento, no habría podido moverse, ni tomar una cerveza en el cóctel y se habría hecho, sin exagerar, 150 fotos. Eso, por mucho que gane mucha pasta, es un coñazo que no merece. Y la entrevista de Pedro Sánchez estuvo bien. Hoy, por cierto, entrevistamos a Bertín para mi programa… Besos

  2. Hola Carlos, razón no te falta, se han perdido las formas , que una cosa es saludar en un contexto de respeto y otro diferente dar el coñazo.

    Lo de Bertín es claro , famoso de derechas con éxito en la televisión pública no es una ecuación que la izquierda sea capaz de asimilar. A mi me cae genial por lo sincero , valor que como bien dices que no está muy de moda.

    Lo peor es el clima de precensura instaurado , donde algunos ya se posicionan como jueces de los correcto y lo que no. Moncho Borrajo anda en una guerra particular por un motivo parecido.
    Pasa un buen día y que sepas que si algún día coincidimos te saludo aunque no quieras 😉
    Abrazos

    • Gracias, Andoni (¿innovación o errata lo de Andonio?). Ese clima de precensura es muy típico de los sectarios; que creen que sólo ellos tienen el tarrito de las esencias. Unas veces es el tarrito de la moralidad. Otras veces el de los amantes de la libertad. Otras el de los periodistas de bien… Y Bertín ha sido víctima de esos progres de salón que creen que quienes no opinan como ellos no merecen estar en el Reino de los Cielos. Y, cuando nos veamos, salúdame, of course. Yo jamás le he negado el saludo a nadie, ni siquiera cuando era famoso de serie A, o sea, que te diré ahora. 😉 Un abrazo

  3. Pues yo que quieres que te diga, me quedo con la reflexión de ese maravilloso sacerdote, gran ejemplo, de lo demás y aún estando de acuerdo, son opiniones y como dijo alguien, si tiene datos démelos, si son opiniones ya tengo las mías.

  4. Estoy contigo Carlos. Aunque los cargos se llevan con sus cargas y los artistas se deben a su público, eso no quita que en determinados momentos y sobre todo, sin las formas adecuadas, sea una falta de respeto.
    En cuanto a Bertín, no hay periodistas de primera, ni periodistas de segunda. Programas basura, ni programas intelectuales. Solo existe el trabajo bien hecho y el malo. Venga de quien venga.

    • Gracias, Ana. Es que lo de los famosos muy famosos es terrible. Cuando yo hice Impacto TV hubo un momento en el que no podía ir con mis hijos a tomarme una hamburguesa porque, literalmente, me tiraba los 40-50 minutos que estábamos en el restaurante levantándome para firmar autógrafos. Entonces no había tantas cámaras de móvil, pero tenías que atender a quien te pidiera un saludo, lógicamente. Yo no digo que no deba atender a la gente, pero lo normal sería que te dejaran tomarte tu hamburguesa y luego que te pidan lo que haga falta. Pero que un tío te tienda la mano cuando estás intentando hincarle el diente a tu whopper, es un coñazo. Y me imagino que a esta pobre chica le pasa eso. Que no creo que pueda ni pasear cerca de su casa, salvo que vaya disfrazada de algo. Y lo de Bertín, pues efectivamente, ha cometido el error de hacer el programa que le gustaría estar haciendo a media profesión periodística. A mí que soy periodista de carrera, me parece que lo hace estupendamente y que es un programa amable que da gusto ver en el que sale gente que dice cosas interesantes. Y prou. Un abrazo

  5. Me voy a centrar, sobre todo, en «Edu». La primera misa a la que fuimos, tras su llegada hace ya unos meses, salimos mi santa y yo, pensando que menudo friki nos habían enviado. Nos hacía preguntas y quería que le contestáramos en plena misa!!!!!. Y así han ido pasando misas y hemos ido descubriendo a un tipo muy cercano, muy majo y, sobre todo, muy DE VERDAD, que cuenta cosas que importan, que nos hace removernos en «nuestros adentros», pero que luego no te amenaza con el fuego eterno. En fin, que merece la pena ir a escucharle. Y sobre el resto, pues que quieres que te diga, lo hemos hablado muchas veces, me aburren los políticamente correctos y, sobre todo, los que se creen, y cada vez más!!! poseedores de la superioridad moral, y prescriptores del buen demócrata. Qué pesados.!!!. Besos

    • Gracias, minmano. Qué pereza de tíos pesaos nos ha tocado padecer!! Y lo del Padre Eduardo a mí me parece de esos descubrimientos que te alegran. Besos

  6. Enhorabuena, Carlos. Por la sinceridad, la claridad de ideas y el valor de salirse de lo poíticamente correcto. Y encima bien escrito. De quitarse el sombrero. Un abrazo.

    • Gracias, Sol. Qué ilusión verte por este corral cabrero!! Me alegro de saber de ti. Espero que estés bien y que les des de mi parte abrazos a toda tu familia y un beso gordo para ti.

  7. Totalmente de acuerdo. Los personajes deberían tener horario de trabajo y poder disfrutar de su tiempo libre como el resto de los mortales.
    Circula una historia de un médico que paseaba por la calle con su familia y se le acercó un amigo:
    Amigo: “ahora que te veo, tengo una tos horrible ¿qué me puedo tomar?”
    Médico: “acércate esta tarde a la consulta y te veo”
    Amigo: “no fastidies, dime lo que me tomo”
    Médico: “vale. Desnúdate que te ausculto”
    Es gracioso, pero ilustrativo. Todos tenemos nuestro horario de trabajo y si lo hacemos bien no lo podemos hacer en cualquier sitio.
    En cuanto a Edu, “un cura poco convencional” como él se define, lo más díficil es hacer los deberes que te pone al final de misa.
    Enhorabuena por la Cabra.

    • Gracias, Carmina. Lo de los médicos es una brasa parecida a la de los famosos. Yo tengo un par de primos dentistas que, cada vez que van a un evento familiar, acaban viendo la boca abierta de dos o tres de la concurrencia… Dicho lo cual, peor es trabajar en la mina, pero siendo un famoso del nivel de estos, lo de salir a la calle en determinados sitios se puede convertir en una experiencia poco gratificante. Un abrazo

  8. Hola Carlos, totalmente de acuerdo, eso de la fama y los fans, debe ser un rollo, estar tomando una caña con quien sea y que te asalten, con educación pesado y sin ella, ya por lo que cuentas para salir corriendo. Yo que soy muy despistada si que me ocurrió en distintos momentos, saludar a un par de famosos por la calle cuando me cruzaba con ellos, con un ¡Hola! o ¡Hasta luego!, y después pensar, de qué lo conozco,….. no caigo….hasta que caigo. Y me digo seré paleta, supongo que me pasa por ser de provincias.
    Bueno y parece que veinte, cuarenta,u ochenta años para algunos no es nada, como dice la canción, estos también pesados pero que muy pesados, hay un ramalazo de rencor en la gente joven que sobrecoge. He visto algún programa de Bertín Osborne y me parece que lo hace bien, es entretenido, él debe ser un tipo muy simpático y traspasa la televisión sin ser más ambicioso que conocer en otro entorno al personaje de turno.
    Tu párroco fenomenal, ojalá haya muchos como él. Ídolos, nunca he tenido ni lo he entendido y es lo que hablamos del fenómeno «fan», te puedo gustar muchísimo el trabajo de un escritor, el físico de un actor, cómo se expresa un político, pero ídolos no. Todos tenemos virtudes y defectos, que a unos se nos nota más que a otros.
    Un abrazo Carlos.

    • Gracias, María. Jaja, Lo de confundir a famosos con conocidos tuyos no es ser de provincias, ni cateto, es que conocemos ya a tanta gente que a mí también me pasa saludar a alguien que te suena y que resulte que es un famoso, que te mira como diciendo: «Y a este qué le pasa?». Lo del franquismo es un perezón de dimensiones cósmicas, efectivamente y no sé si nuestros nietos, cuando hayan pasado ya 100 años de su muerte serán capaces de considerarlo un personaje más de esos chungos de nuestra historia, tipo Fernando VII. Y no se me ocurre pedir que quemen los retratos suyos de Goya que hay en el Prado. En fin. Lo del Padre Eduardo, es un gusto y me alegra poder encontrar sacerdotes como él. Un abrazo

  9. Carlos: Respecto a lo de Clara Lago y Dani Rovira, sabes quien soy y de que familia vengo y te puedo asegurar que jamas en la vida, ni a mi padre ni a mi hermano les he oído un comentario semejante…. No se, será que han llegado al mismo sitio de diferentes maneras… Un bezote

    • Gracias, Amparo!! Me gusta verte por este redil… 😉 ¡Hombre, no me compares! En cualquier caso creo que con esta moza hay que tener cierta indulgencia. Es muy joven y creo que está sometida a una presión popular y de prensa del corazón que verdaderamente le debe hacer complicada la vida. Es algo que ella debe asumir como propio de su profesión y peor se está en la mina, pero creo que hoy en día, con todo esto de los móviles y los selfies, no debe ser fácil ser una súper estrella. Besos y recuerdos a la family.

  10. Enhorabuena por el texto, no te habia leido pero lo haré mas.
    Me parece muy interesante la reflexión siguiente que hiciste
    «Me resulta increíble lo presente que tienen al Caudillo, no los que le añoran (que deben caber en un autobús de línea), sino los que parece que estuvieron en la clandestinidad, aunque la muerte de Franco les pillara a los siete años o en formato espermatozoide.»
    Entiendo que deberiamos saber la historia pero no utilizarla siempre para lo mismo, como dijo Bertin el otro día en una entrevista que pude oir.
    “A mí me mataron a siete tíos carnales en Paracuellos»
    Se mato a gente de todos los bandos pero habrá que dejar que la historia sea eso, historia, y no estar siempre con lo mismo en este pais.
    Un saludo.

    • Gracias, tocayo. Me alegro de que te parezca un buen lugar este blog Cabrero. A mí no me parece mal que se haga una Ley de Memoria Histórica que devuelva la dignidad a aquellos que sufrieron la Guerra y la Dictadura. Lo que me parece mal es que esa Ley se convierta en un lanzamiento de piedras, en una revancha de una parte contra la otra y se acaben recuperando rencores que estaban olvidados. Lo malo de esa Ley es que pretende hacer ver la época de la República como un bonito jardín lleno de paz y armonía y de respeto por los que no opinaban igual que el gobierno. Desde antes del año 31 el país era ya un hervidero en el que muchos hicieron lo posible por fastidiar al de enfrente. Y, aunque parezca mentira, todavía hoy seguimos con ello. Yo confío en que mis hijos vean un país mejor. Un saludo

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