GRACIAS

Fueron las últimas palabras que le escuché a mi padre horas antes de entrar en coma para morirse.

Me lo dijo con el poco aire que le dejaban la laringectomía y las fuerzas escasas que le quedaban. En un susurro. Y de repente. “Gracias”. Yo le pregunté: “Gracias, ¿por qué?” y en otro esfuerzo cargado de aire me susurró: “por todo”. Todavía se me encogen las tripas cuando recuerdo esa conversación. Porque cuando uno sabe que su padre se va a morir, piensa muchas veces en decirle cosas a modo de despedida, como en las películas, pero por suerte, un buen psiquiatra me recomendó que no hiciera eso. Que, en las pelis, quedan muy bien esas conversaciones con personas que saben que van a morir, pero que, en la vida real, normalmente sirven para que el vivo se quede con la conciencia tranquila y le meta una presión extra y una emoción excesivamente intensa e innecesaria al moribundo. Aquel buen amigo me recomendó que, sencillamente, estuviera, que le contara cosas, que le cogiera la mano y que intentara aliviarle. Y a eso nos dedicamos durante unas semanas mi madre, mis hermanos, mi mujer y mis cuñados, los nietos, otros familiares y amigos y, sobre todo, mi tía Maravillas. A estar.

Yo reconozco que tuve mucha suerte en el reparto de familias que se hace no sé dónde. Me tocaron unos padres cariñosos que habían tenido, también, unos padres cariñosos y unos hermanos cariñosos. Gente feliz de estar viva. Personas optimistas y alegres. Y una de las cosas en las que más nos insistieron mis padres desde que nacimos fue en que fuéramos agradecidos. Que diéramos las gracias siempre y que fuéramos conscientes de que éramos y somos unos privilegiados. Quizás por eso mi padre, en su último intercambio de palabras conmigo, lo que me dijo fue eso. Gracias.

Y ayer, leyendo un libro, me emocioné al encontrarme con un pasaje que me recordó aquella conversación tan breve y tan especial con mi padre. El libro merece la pena que lo lean. Se titula “8 días levantándome de #BuenHumor” y lo ha escrito un tío estupendo que se llama Sebas Lorente. Conocí a Sebas hace unos años, a través del golf y, hace unas semanas, me llamó para pedirme si podía yo ayudarle en la presentación de su libro en Madrid. Y debo reconocer algo; normalmente, estas cosas, te las piden por salir por la tele. A mí ahora, que soy un famoso serie B, una “celebrity vintage”, me piden menos cosas, pero me siguen llamando para ir a sitios por ser famoso de la tele. Pero Sebas no me llamaba por eso. Resulta que, Sebas, es lector de este blog y ¡le gustan las Cabras! Podrán imaginar la ilusión que me hizo que me dijera eso. Yo, a pesar de mi vocación de empresario y periodista, lo que quiero hacer de verdad es escribir. Pero no tengo tiempo. Y estas cabritillas son una manera de matarme el gusanillo. Y que alguien a quien yo admiro me dijera que le gustan, pues me hizo una ilusión tremenda. Quizás deberían saber un par de cosas sobre Sebas. Porque es un tipo especial.

Un accidente de tráfico le dejó parapléjico hace más de 30 años y es de esas personas con luz. Esa gente que suele hacer mejores a los que tiene alrededor. Sebas, que podía haberse dedicado a quejarse de su mala suerte y haber pasado por la vida como si tal, aceptó su paraplejia e intentó seguir haciendo de todo. Tanto que, por ejemplo, retomó el golf y ha llegado a ser campeón de Europa de golf en silla de ruedas. Tiene tanta fuerza y la transmite tan bien, que, entre otras cosas, se dedica a contar a los demás su experiencia para ayudar a quienes lo necesitan.

El libro es una delicia. Sebas cuenta partes de su propia historia y de las de otras personas. Historias que le han marcado y defiende que casi todo en la vida depende de cómo tú reacciones a lo que te pasa y, en concreto, tiene una frase gloriosa; un hombre como él que lleva 3 décadas en una silla de ruedas opina que: “aunque suene drástico, el hecho de andar no tiene tanta importancia en la vida de una persona”. Y, sin ser un libro de consejos, da varias lecciones de vida que merece la pena leer y reflexionar. Sebas va pasando por 8 principios de la vida que te pueden ayudar a ser feliz. Siempre feliz. Disfrutar, la poca importancia de la edad, la necesidad de creer, de agradecer. La base del liderazgo, lo esencial que es la reflexión y cierra hablando de que, al final, lo que tenemos es que hacer cosas. Y no habla ex-cátedra, ni pontifica. Cuenta todo con sencillez y con una sensatez nada impostada. Como si fuera fácil llegar a las conclusiones a las que él llega de una manera natural, sin forzar y contando de un modo sencillo sentimientos complejísimos.

En fin, que lo presentamos esta tarde a las 19.30 en la librería Neblí, en la calle de Serrano, 80. Estaría bien que se colocara el “No Hay Billetes” y que, quien no pueda venir, compre el libro. Se lee fácil y bien y seguro que les va a cambiar el humor y la manera de entender algunas cosas.

Vengan o no, en todo caso, como diría Sebas y, como habría dicho mi padre, a todos: Gracias.

34 comentarios en “GRACIAS

  1. Gracias carlos. Me ha encantado esta Cabra. Desafortunadamente no puedo asistir (creo que estoy con otro amigo tuyo a esa hora, luis Mora), pero compare el libro.

    • Gracias a ti, Alfonso. Me alegro de que te haya gustado. Y evidentemente, al Morita no se le puede dejar colgado con esa academia de curiosos. Morita es otro que da para una Cabra. O dos. Un abrazo; y disfrutarás el libro. Seguro.

    • Hola compi. Semana intensa en el trabajo con poco tiempo para escaparme pero compraré el libro de Sebas. GRACIAS por compartir tus sentimientos/reflexiones y un abrazo! E.

  2. Una vez más, me has emocionado con la cabra y casi lloro…. leeré el libro, seguro. y gracias por recordarnos que hay que ser agradecido.

  3. Joder tío, esto se avisa. Me pongo a leer la cabra en la oficina y me encuentro con esta entrada………….buuuf, se me han saltado las lágrimas. Pero me has dejado muy tranquilo, porque desde que murió Papá no paro de pensar en porqué no le dije muchas más cosas en el Hospital cuando sabíamos que le quedaba poco. Pero bueno, eso ha provocado que a mi hijo no pare de decirle «te quiero», pa que se vaya enterando y se acuerde cuando sea mayor. Y de este hombre, no le conozco, pero me admira la gente que teniendo, objetivamente, más motivos que nosotros para quejarse, no solo no lo hacen, si no que además te dan lecciones de vida. Compraremos el libro. Besos

    • Gracias, minmano. En general no os aviso porque creo que es mejor el sopetón de encontrarla en el email. Desde luego que tu hijo no se va a poder quejar de falta de afecto paterno-maternal, ni de sus hermanas… 😉 LO de Sebas él dice que no es extraordinario, pero yo creo que personas como él nos ayudan a ser mejores porque, efectivamente, cuando podrían estar en una zona de queja, están en el extremo opuesto. Un beso y buen día.

  4. Que tú no escribas es casi un pecado y, desde luego, un severo castigo para los lectores. Saca el tiempo de donde haga falta, pero que todavía no hayas escrito un libro es algo que ya no admite más demora. En serio. Un abrazo.

    • Gracias, Sebas. Ojalá tuviera el tiempo. A ver si utilizando tu libro, me pongo, pero hay demasiadas cosas que atender y, en el orden de prioridades, el libro está todavía por debajo de otras. Pero prometo hacer un intento, al menos. Un abrazo y gracias por tus libro, por tu amistad.. y por la buena cena…

  5. Con esta Cabra, querido Carlos, nos has dejado sin palabras… bueno, con sólo una: GRACIAS
    Gracias por compartir todo esto que sientes, que piensas, que crees, que dices… que eres.
    Nos vemos sin duda en la presentación del maravilloso libro de Sebas.
    Un beso

  6. Q belleza de cabra. Gracias por la reflexión de la despedida, he tenido dos ocasiones en mi vida en q estuve en las últimas horas de personas queridas y me despedí con un beso, y un hasta pronto, con un nudo en la garganta por la convicción d q sería la última vez. En ambas me reproché no haber tenido el valor de hacer una despedida más solemne. Gracias a tu Cabra me siento más en paz con eso!

    • Gracias, Irene. Me alegro de que te haya gustado. Yo creo que, al final, se trata de afecto y que, probablemente, cualquier manera de despedirse es buena si se hace con sentimiento. Pero me alegré mucho de que este psiquiatra me advirtiera. Aún así, a veces sigo pensando: «Debería haberle dicho…» Pero recordando aquellos días, la verdad, mira que fueron duros, la sensación que tengo es de paz. Un beso gordo.

  7. A mí también me gusta la «Cabra» por si eso te sirve de algo. Siento haberlo leído tarde, pero trataré de comprar el libro de Sebas para compensar.

    Abrazo Carlitos

    L

  8. ¡Qué pena que no tengas tiempo para escribir más! Se me ha puesto el vello de punta.
    Gracias por compartir algo tan personal y de tanto valor.
    ¿Dónde puedo adquirir el libro? ¿Por vía digital se puede comprar?.
    Un fuerte abrazo y no dejes tus cabras, hacen mucho bien a más personas de las que piensas.

    • Gracias, Manolo! Prometo sacar pronto tiempo, pero, ahora mismo, no sé de dónde. Quizás cuando acabe el máster y las clases de inglés encuentre esas horas que hoy me faltan. Pero entre el trabajo, la familia, mis momentos de encefalograma plano y las aficiones, ahora mismo no doy para más.
      Un abrazo

    • Al revés, Carmen. Al que tiene la amabilidad de leerte, con todo lo que hay por ahí, hay que darle siempre las gracias. U(n abrazo

  9. Querido Carlos : Todas tus cabras me encantan ,pero esta de una manera especial por todo lo que nos recuerda .Estoy completamente de acuerdo contigo en lo de ser agradecidos ,siempre hay que dar gracias a Dios por todo..Siento no poder ir a la presentación del libro que por supuesto compraré. Es admirable que una persona como tu amigo Sebas haya reaccionado así ante sus limitaciones y seguro que su libro hará mucho bien a personas que ante alguna dificultad o limitación no sepan aceptarlo lo que les hace sufrir más . Seguro que este libro es una ayuda importante para todos y ojalá que llegue a muchas personas que lo necesiten.
    Yo también pienso como el que deberías escribir porque lo harías maravillosamente y que conste que no es pasión de madre Espero que algún día te decidas a hacerlo ya verás como triunfarás Sigue siempre así ,el ejemplo de papá que tuvo una vida ejemplar os ha dejado una huella difícil de borrar .Yo doy todos los días gracias a Dios por su vida y el ejemplo que nos dejó .Un abrazo muy fuerte y Gracias por todas tus cabras

    • Gracias, querida Madre. En lo del ejemplo mis hermanos y yo tuvimos la suerte y tenemos la suerte de haberos tenido a los dos y, ahora, seguir teniéndote a ti. Y claro que algún día escribiré, pero tengo que encontrar el tema y el tiempo. Espero tardar poco. El libro te va a encantar. Un beso gordo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *