DÍAS RAROS

¡Buenoooo! ¿Y por dónde se empieza a escribir un día como el de hoy? Porque, probablemente, la de ayer fue una de esas jornadas de discutir a lo bestia en las redacciones de informativos sobre el número de minutos que iban a dedicar en las noticias a hablar sobre cada asunto. Que si Máxim, que si Urdangarín, que si Lopetegui. Pero es que, fuera de España, estaba Trump añadiendo a su lista de amigos a otro psicópata más de la política. El Presidente de los EEUU sigue en pleno delirio y, en su presidencia de reality-show, ahora resulta que Kim Jong-Un es un hombre honorable y puede que dentro de poco se convierta en un candidato, ¿por qué no? al Premio Nobel de la Paz. Que cosas peores se han visto en Suecia.

Hoy no tengo mucho tiempo. Así que seré breve , como el mandato de Máxim Huerta en el Ministerio de Cultura (y Deporte). Que me da pena que un tío al que aprecio tenga que pasar por el calvario que padeció ayer. Pero me ha fastidiado que en su salida del Ministerio haya dado la sensación de que toooooodooooos los que nos dedicamos al periodismo, a la televisión, a la creación… somos unos defraudadores y que, lo que él hizo, lo hemos hecho todos.

Yo, en estas cosas, siempre soy condescendiente y me inclino por el evangélico “el que esté libre de pecado…”, pero hay cosas y cosas. Por mucho que Máxim insista en que “ha cambiado el criterio” y que él “nunca actuó de mala fe” y que hizo «lo que hacíamos todos”, no hay que ser fiscalista para saber que, si haces algo tan raro como imputar a tu empresa una casa en la playa y los gastos derivados de ella, lo estás haciendo para pagar menos impuestos y puede que, si te pillan, te metan un paquete de aúpa. Y si el asesor de Máxim no le advirtió de ello, lo que debería hacer mi compañero, en vez de criticar a no sé qué jauría, es demandar a su asesor fiscal. Lo que le honra al ya exministro es haber dimitido y haber hablado con tanta claridad en su despedida. Le aguardan días amargos y le deseo lo mejor para superarlos.

Otro al que deseo lo mejor es a Julen Lopetegui. Trabajamos juntos durante un tiempo en un programa de fútbol y es de esos tíos nobles y buena gente a los que te da pena ver sufrir. Y ayer debió pasar las de Caín. Imagino que saben que el inefable Florentino Pérez anunció anteanoche que, al acabar el Mundial, Julen iba a ser el entrenador del Real Madrid. Y ya lo es; se le ha presentado esta misma tarde. Del notición se enteró el presidente de la RFEF 5 minutos antes de que se hiciera público y se cogió un encabronamiento tan tonto y tan intenso que acabó decidiendo cepillarse a Julen y dejar a España sin su seleccionador a 48 horas de nuestro primer partido.

Imagino que habrá opiniones para todos los gustos, pero a mí lo que me chocó de la rueda de prensa de Luis Rubiales, es que se tiró muchos minutos hablando de una traición personal que le había tocado las pelotas. Insistió hasta la saciedad en que no era un tema personal, sino que no se le podía hacer eso a la federación, pero en el fondo y en la forma, lo que se veía ahí era un tío cabreado como una mona porque se había enterado el último de algo y él, todo un señor Presidente, se tenía que haber enterado antes. Y en su discurso no dio ni un solo motivo futbolístico ni técnico por el que Julen debía dejar de ser seleccionador ya. Todo eran argumentos de macho alfa con la hormona estallando porque un machito le está tocando a las hembras.

Así que empezamos mañana contra Portugal y ya da rabia que estén Cristiano y sus colegas descojonándose de nosotros y esperándonos mientras afilan la espada. Que esa puede ser una ventaja. Yo confío mucho en que mi paisano Fernando Hierro triunfe y que ese coraje que deben tener los jugadores por lo que ha pasado, lo saquen para bien y a España no le vaya mal en Rusia.

Pero bueno. Casi no he hablado de lo de Urdangarín. Que, oigan, me parece perfecto que lo metan en el trullo. Lo que me choca es que, en el camino hacia su celda, el único dirigente político que le acompañe, sea Jaume Matas. Porque a los que habría que meter en prisión es a toda esa enorme patulea de políticos que le dieron millonadas de dinero público al ex-Duque de Palma por montar unas charlitas muy entretenidas.

Y, por cierto, otro tema del que casi no se habló ayer con tanto guirigay. Lo del barco lleno de inmigrantes. Ruego a todas mis amistades y contactos en redes sociales que dejen de mandarme memes en los que critican al gobierno español por aceptar que vengan esos 500 desdichados que buscan una vida mejor. No me hacen gracia esos mensajes cargados de mala leche en los que dicen que se descuida a nuestros ancianos y a nuestros pobres para cuidar a desheredados de otros países. ¡Por favor! Parece que ya no recordamos que hace nada éramos nosotros los que huíamos. Y sí. Hay muchos en España que lo pasan mal, pero estos inmigrantes vienen del infierno y me cuesta entender que haya gente a los que considero buenos cristianos que no estén dispuestos a compartir un trozo del paraíso que es, para otros, España. Yo sí estoy dispuesto.