PUES NO SOMOS TAN MALOS

Mira que tenemos motivos para estar deprimidos, pero yo, hoy, estoy contento. Ayer recibí dos buenas noticias, aunque ambas escondan, probablemente, lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Me refiero a la salida del hospital de Teresa Romero y a la confirmación de la encuesta del CIS que coloca a Podemos como tercera fuerza política y la primera en intención de voto directo.
Recuerdo muy bien las sensaciones tristísimas de aquella noche en la que nos fuimos a la cama escuchando que Teresa Romero estaba en estado “muy crítico”. Me acosté convencido de que la noticia al despertar sería la muerte de esta auxiliar de enfermería que se contagió de Ébola cuidando a uno de los misioneros españoles fallecidos por la enfermedad. Fueron días de angustia y de constatar que el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Ministra de Sanidad estaban haciendo pésimamente su trabajo. Luego, como nos pasa con frecuencia a los españoles, después de haberla cagado, reaccionamos estupendamente y hoy Teresa está viva gracias al trabajo de los médicos, a una buena gestión posterior de la crisis, a la propia fortaleza de la auxiliar de enfermería y, unos dirán que gracias a la suerte y, otros, que gracias a Dios. Pero no ha pasado lo que debería haber sucedido. Hoy, la ministra Mato y el cruel consejero Rodríguez, deberían estar diciendo adiós con la manita; “Señores: la pifiamos, lo hemos resuelto y lo decente ahora es que nos vayamos.” Pero no. En España los políticos se agarran al sillón como una garrapata muy musculada y, salvo que los echen, ahí los vamos a tener hasta que acaben sus respectivas legislaturas.
La otra buena noticia del día de ayer fue la de que Podemos está, aparentemente, en condiciones de ser importante para la gobernación del país. Quizás muchos de ustedes piensen que he tenido algún accidente cardiovascular, porque, obviamente, no me parece buena noticia pensar en Pablo Iglesias como Presidente del Gobierno. Pero sí me parece bueno que los dos partidos que llevan gobernándonos desde 1982 se den cuenta de que la gente está hasta los mismísimos cojones. Que no se puede seguir así, que no pueden mantener esa actitud de “déjalo, que ya pasará la ola” y continuar pensando que los ciudadanos somos una mezcla de pasivos y tontos del culo que les vamos a seguir votando hagan lo que hagan. Pues, oye, parece que ya no. Aunque yo no me fío mucho, la verdad, de esas encuestas. Luego, en el día de las votaciones, a la mayoría nos sale el australopitecus que llevamos dentro y votamos al malo conocido.
Porque, paremos por un momento, ¿se imaginan a Pablo Iglesias gestionando la España desastrosa que nos dejó ZP? A mí se me sobrecogen los espacios intervertebrales porque creo, ciertamente, que hoy estaríamos peor que Grecia. A Rajoy y compañía podemos criticarles muchas cosas, pero hay que reconocerles que recibieron un país metido en una cuesta abajo llena de aceite y hoy da la sensación de que estamos en el camino de recuperarnos. Todo esto ha sido, entre otras cosas, a base de dar por ahí mismo a los más débiles. Hoy en España los ricos son más ricos y los pobres son más y más pobres. Pero sería de ciegos, o de tontos, no reconocer que este gobierno que tan mal nos cae ha conseguido mantener a flote la nave. Y hay decenas, o cientos, de personajes que son para colgarlos por los dedos de los pies en la plaza pública. Y da vergüenza ver cómo se tapan unos a otros en el mangoneo. Y da rabia ver que roba el del PP y roba el del PSOE. Y que los partidos que no roban es porque no han tocado todavía sillón, que si no… En ese ambiente de podredumbre es en el que nada como un pez globo el ínclito Iglesias, pero, sinceramente, de pensar en Podemos al frente del gobierno de mi país me da una mezcla entre risa y tembleque incontenible.
Pero quiero, en esta Cabra número 100, terminar con un mensaje optimista. Ayer, además de esas dos buenas noticias, tuve la suerte de participar en un evento que organizaba la empresa GMV. Su presidenta, Mónica Martínez Walter, es mucho menos conocida que Belén Esteban, pero dirige una multinacional española, presente en 11 países, con más de 1.000 trabajadores y que está a la cabeza mundial en tecnologías que se usan para la navegación y transmisión de datos en el espacio. Satélites, sondas, misiones espaciales de todo el mundo… trabajan con científicos y métodos españoles. Ayer, en este evento, participaban 7 investigadores nacidos y formados en nuestro país que han hecho historia con la Misión Rosetta y que, el próximo miércoles día 12 de noviembre, pueden rematar la faena. Rosetta es una sonda que se lanzó en 2004 con el objetivo de localizar un cometa y ponerse a orbitar a su alrededor. Esto no es fácil; me contaba ayer uno de estos científicos que es como meter una bola en un campo de golf que está en Murcia, lanzando la bola desde Madrid y haciendo que toque en Coruña, Bilbao, Huelva, León, Barcelona y Cuenca antes de que llegue al campo murciano. Pues lo han conseguido. Ahora les queda algo que nadie ha hecho jamás; meter la bola en el hoyo. O sea; pretenden posar una pequeña nave en ese cometa que va a 50.000 kms/hora para tomar muestras y aprender más cosas sobre el origen del universo. Y está previsto que esa nave “acometice” en torno a las 17 horas del día 12. Yo no sé ustedes, pero servidor, si nada se lo impide, estará conectado a la web de la Agencia Espacial Europea, que responde al espantoso acrónimo de la ESA, para seguir en directo tal momento de gloria. Porque seremos un país el que hay muchos vagos, corruptos e incompetentes, pero también con frecuencia hay abundantes españoles que dan motivos para que podamos sentirnos todos realmente orgullosos.