MESÚALAPOLLA

Hala. Así leído queda fatal. Pero, con lo que cuesta buscar el título de las Cabras, paso de cambiarlo. Además define perfectamente el pensamiento o, peor, el quejío que suelta mucha gente cuando alguien protesta por su dejadez, inoperancia, negligencia o mala educación: “Mesúalapolla”. Que, dicho en lenguaje menos soez, viene a ser: “Me importa, entre uno y tres pepinos, que te moleste lo que yo hago, o que llames mil veces porque no pienso coger, o que mi falta de rigor pueda provocar un problema”.

VECINOS MALEDUCADOS

Pensaba en esto anoche. Hace unos días recibimos todos los vecinos una atentísima carta del presidente de esta nuestra comunidad en la que nos pedía determinados comportamientos cívicos. Cosas bastante normales, no piensen que es un melindres; no dejen que sus perros meen en cualquier esquina, recojan las heces, no abandonen bicicletas tiradas en cualquier lugar y, si cogen un carrito de la compra de un portal que no es el suyo, devuélvanlo a su sitio.

Y aquí tienen testimonio gráfico de lo que la carta le afectó al imbécil (o a la imbécila) de mi vecino/a que piensa que las normas se hacen para los que no somos tan inteligentes como él/ella.

Un día más, este ser vuelve de la compra, coge el carro de su portal y otro más y ahí lo deja. Que ya vendrá alguien con más tiempo libre que él/ella y lo pondrá en su sitio. Vaya, que le súalapolla si su actitud nos molesta los demás.

SERVICIO DE ATENCIÓN NULO

Esto no crean que es exclusivo de mis vecinos. Constantemente tenemos alrededor ejemplos de personas a las que les importa todo un huevo. Por ejemplo, yo creo que voy a convocar un concurso online para descubrir al peor servicio de atención al cliente del país. Mi voto sería, indudablemente, para la secretaría de Alumnos de mi Facultad; la de Ciencias de la Información, en la rama de Periodismo de la Complutense. Resulta que estoy pensando en hacer un máster en la UNED y, entre otras cosas, me piden un certificado académico de mis notas. Que ya me dirán ustedes la utilidad de semejante documento 31 años después de haber terminado la carrera. Pero lo piden.

Me metí en Google para buscar la manera de hacer esta gestión online y, a pesar de que estamos en 2019, no es posible. Solo hay dos vías telemáticas; llamar por teléfono o solicitarlo vía email. Como soy un optimista enfermizo, el primer día me puse a llamar a los 4 teléfonos. Con poca esperanza, pero, viendo el nulo éxito, ya se convirtió el tema en algo casi personal. Como estaba en mi oficina escribiendo una presentación, me lo tomé con calma; puse el teléfono en altavoz y le daba a rellamada cada vez que el teléfono se colgaba. Y nada.

Hice todas las combinaciones posibles; llamar siempre al mismo durante un rato. Ir alternando y cada vez llamar a uno distinto. Centrarme solo en los dos últimos del listado. Imposible. Y pensaba en lo que estaría diciendo el/la funcionario/a que estuviera ahí escuchando sonar el teléfono. Seguro que lo adivinan porque va en el título de esta Cabra. Se la suda. Muchísimo.

Lo malo es que, viendo la ineficacia del servicio de atención telefónica, me decidí a intentar la vía email. Les mandé un correo hace ya días con todos mis datos, fotocopia del DNI y tal y tal. ¿Han recibido ustedes mi certificado? Yo tampoco. Pero es que ni siquiera tienen un servicio automático de esos que te dicen: ”Estimado Carlos María (en el DNI así vengo) hemos recibido tu solicitud y no nos suda nada”. Pero no.

NO DA IGUAL 8 QUE 80

Y ya que hablamos de la facultad de Periodismo, no quería dejar de referirme a mis compañeros que se dejaron el rigor en las aulas. Imagino que siguieron la semana pasada las noticias sobre los terribles incendios de Cataluña y Madrid. Como pasa siempre en verano, cuando estás haciendo un informativo, te agarras como a un clavo ardiendo a cualquier noticia que te pueda ocupar más de 5 minutos de tu noticiero. Y, si la cosa se puede llevar a 10, pues tu felicidad se completa. El problema es cuando, por llenar, uno empieza a patinar por encima del rigor periodístico y pasan cosas tan curiosas como que, al tercer día de incendio, como por sortilegio, las hectáreas quemadas sean menos que las del segundo día de incendio.

Con las superficies calcinadas pasa como con las pérdidas millonarias cuando hay unas riadas. Yo recuerdo que, en mi época, ningún gremio perdía menos de 10.000 millones de pesetas si le pasaba algo. Daba igual si era incendio o inundación o si se trataba de agricultores de la fruta o de dueños de viñedos. 10.000 millones de pesetas de pérdidas. Y con las hectáreas también da igual. Coño. Di 6.000. Que quién se va a poner a contarlas. Y si al final del incendio son 4.000 pues no pasa nada. Hemos llenado nuestros minutitos. Hemos hecho nuestros directos con cara de mucha angustia y hemos dejado claro qué parte del cuerpo nos suda a la hora de informar al populacho.

UNA SEÑORA MUY FINA

En fin. Quería hablar también del momento Matrix de Pedro Sánchez con Trump y con esa cantidad de cosas que, según nuestro presidente del gobierno, le dijo el líder del mundo libre en el segundo y 25 centésimas que se dirigió a él indicándole con el dedo un asiento. También quería preguntarle a Albert Rivera si cree que le merece la pena empezar a parecerse tan inquietantemente a la Rosa Díez de los días de la descomposición de UPyD. Pero se me acaba el folio y no quería terminar sin hablar de una señora que marcó mi infancia y que, en una Cabra así titulada, merece un hueco.

Era un día de esos de terral en Málaga. Me monté en el autobús 11 para ir a casa y, como me habían enseñado mis padres, le dejé el sitio a una señora muy gruesa que se subió un par de paradas más adelante. El bochorno era tremendo y, en aquella época, el único aire acondicionado era el abanico que la dama movía enérgicamente. A mí me llegaba el airecillo del vaivén y estaba casi feliz, hasta que lo hizo. Así, como quien no quiere la cosa, la señora se cogió la falda, la levantó, colocó el abanico entre sus piernas y, con la misma energía anterior, se refrescó el monte de venus.

Podrán comprender que en mis tiernos 9 años, aquella demostración de elegancia me llegó al alma y, desde entonces, si le cedía el asiento a una señora, corría a colocarme lo más lejos posible de la interfecta. No fuera a ser que a esa, también, le sudase levemente la entrepierna.

14 comentarios en “MESÚALAPOLLA

  1. Tendría que saber expresarme como tú para que vieras la gracia que me ha hecho tu «cabra» de hoy. Y, efectivamente, es mucha la gente a la que selasúan los rastros que va dejando su comportamiento miserable. Ya sabes que tengo un montón de «tacos». Ayer intenté encontrar una tienda VODAFONE para hacer un duplicado de mi SIM, cuyo tamaño es excesivo para el nuevo teléfono que me he comprado. Y comprobé que la ineficacia de la secretaría de la Complutense – con la que tuve un serio problema – no es casi nada comparada con la de VODAFONE.. Tú buscas en Google la lista de tiendas cercanas a Manuel Becerra y, si sigues las direcciones que te indican, te puedes hacer kilómetros hasta encontrar una que no ha cerrado… en la que te dicen que, aun siendo tienda de Vodafone, no es servicio oficial y no te hacen la tarjetita. Y no me explico cómo a la Dirección de tal empresa selasúa su clientela.
    Creo que lo mejor es que sigas con tu postura ética, actuando como Unamuno expone en su «Vida de D. Quijote…».

    • Gracias, Alejandro. Vaya! Ni me acordaba de ese libro de Unamuno!! Y mira que me he leído hasta su poesía. Hice un trabajo en 3º de carrera sobre la poesía de Unamuno y, para ilustrarlo, le hice una entrevista a ¡¡Luis Rosales!! El tío, que era un mito, recibió durante dos horas en su casa a un estudiante y se tiró ¡¡¡40 minutos recitándome de memoria poemas de Unamuno!!! De lo poco que recuerdo de aquel Quijote es que me provocó una conversación muy interesante con mi tío Carlos (jesuita) sobre el supuesto paralelismo entre la figura de El Quijote y la de Íñigo de Loyola… No me acuerdo de nada del libro, pero le echaré un ojo para ver si lo que me dices es bueno o malo… 😉 Respecto a lo de Vodafone, no te puede decir que te cambies de compañía, porque me temo que son todas el mismo perro con distinto collar… Un abrazo.

  2. Chif:

    Un descoxono.

    ¿Buscas SEO desesperadamente o vas a ser el próximo CM-becario de otoño de Vox?

    Lo del 11 de Málaga, sin desperdicio. Hala, ¿si hubiera sido una estupenda/tía buena (el pibonazo contemporáneo)? Y hasta aquí puedo escribir, que me meto en un lío que, tal y como están las cosas, me puede costar muy caro.

    Abrazos,

    J.

    • Gracias, Mc. El SEO nunca viene mal (como sabes…), pero no entiendo lo del becario de Vox, así que explícamelo que me tienes en ascuas… Con las cosas que he dicho de ellos en algunas Cabras, no creo que me tengan entre sus periodistas favoritos… Lo del 11, reconozco que si hubiera sido un pibonazo, evidentemente, mi huída no se habría producido. Lo que pasa es que he omitido detalles que explicarían algo más mi pavor infantil… Un abrazo.

    • Jajaja. Gracias, Manolo. Ese simple pensamiento me ha dado ganas de correr… Pero aquella fue la primera, pero te aseguro que no la última a la que vi en semejante movimiento abanical… Un abrazo

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